martes, 29 de octubre de 2013

ALIMENTACIÓN EN LA ACTUALIDAD Y SUS CONSECUENCIAS



El ritmo de vida actual ha llevado a que los consumidores modifiquen sus hábitos y a que la industria alimentaria reoriente sus estrategias. La innovación tecnológica en la industria de alimentos permite, en unos pocos minutos, servir a la mesa el más exquisito y delicioso plato. Hoy los alimentos pre cocidos, congelados, deshidratados o procesados se han convertido, en la herramienta clave para ahorrar esfuerzos, tiempo y energía a la hora de pensar en cocinar. 




De estos cambios en la dieta, también se han apercibido las grandes multinacionales de los electrodomésticos que constuyen hornos microondas más sofisticados, neveras inteligentes y modernas cocinas que se amoldan a las nuevas exigencias.




Las razones para que la industria esté impulsando el menú de la comida fácil, rápida y sencilla de preparar, son varias. La primera y más importante es el tiempo. Actualmente, debido a la agitada vida laboral, son muy pocos los que pueden disponer de muchos minutos para preparar sus alimentos




En un estudio reciente se ha visto que los consumidores han modificado sus preferencias, y su tendencia se dirige hacia productos procesados, bajos en grasas, sin conservantes artificiales, y que tengan estrictas normas de seguridad e higiene. En los supermercados se escogen los alimentos congelados, deshidratados y pre cocidos de rápida preparación y las bebidas bajas en calorías y elaboradas con productos naturales.




El tiempo no es la única variable que inclina la balanza. En el modelo de mercado también figuran temas como la facilidad y sencillez en la preparación, la costumbre y los estándares en nutrición y salud. El segmento de alimentos y bebidas con el rótulo de “, listos para servir”, ha registrado en los últimos cinco años un comportamiento dinámico. Se están produciendo más alimentos nutricionales y funcionales para el consumidor. Existen innumerables posibilidades y alternativas, pero la disputa se está centrando en la calidad. La calidad es fundamental. Una vez que los consumidores identifican a un buen producto, continúan con él.




Este cambio de los menús, que empieza en el mercado, también obedece a la transformación del papel de la mujer en los ámbitos laborales. La mujer que por herencia se dedicaba a las labores domésticas, es ahora una profesional o empleada que está todo el día fuera de la casa y comparte las mismas obligaciones que el hombre. El poco tiempo libre que dispone ha llevado, además, a que se inclinen por alimentos rápidos, fáciles de preparar. Los alimentos bajos en azúcar, o light, que llevan varios años en el mercado, son otras de las alternativas que cada vez ganan más terreno. Leches, quesos, cereales, tortas y galletas forman parte de ese grupo de productos que la industria presenta en los supermercados. Por otra parte, existen endulcorantes, que significa, para algunos, volver a saborear un jugo o una limonada.




Sin embargo, y a pesar de todo este auge tentador y dinámico, muchos consumidores aún persisten en adquirir productos totalmente naturales, sin aditamentos ni preservantes, pues aún desconfían de las bondades de los mencionados alimentos.




El reto para esta industria alimenticia es el descifrar las nuevas tendencias de consumo en un mundo cada vez más competitivo.






Cómo decidir qué comer atendiendo a la necesidad biológica, en medio de una alta disponibilidad y diversidad de alimentos, que satisfaga el gusto, acorde al presupuesto y las limitaciones de tiempo de la vida diaria, al mismo tiempo que no ponga en riesgo la salud?


Un consumo adecuado de alimentos que proporcionen los nutrientes necesarios es vital para ayudar al crecimiento y desarrollo óptimo de los lactantes y niños a fin de que lleguen a ser adolescentes y adultos sanos. Con ello es posible evitar enfermedades crónico-degenerativas, por ejemplo, diabetes mellitus, presión arterial alta, obesidad y cáncer debido tanto a carencias nutricionales como excesos en el consumo de alimentos que conocemos como chatarra, por ejemplo, refrescos, papas fritas, pizzas, hamburguesas, etc.


Por otra parte, la influencia del ámbito familiar, social, cultural o económico es decisiva para lograr buenos hábitos de alimentación, ya que desde temprana edad se proporcionan determinados tipos de alimentos, en horarios que a veces se repiten hasta dos o tres veces al día. En los niños, además cada vez que comen se desarrolla un vínculo afectivo con la madre, ya que ella prepara y proporciona los alimentos, además de que transmite sus hábitos y medidas higiénicas.


Cuando se alimenta al infante de manera excesiva y sin ningún control, se está sobreprotegiendo. Cuando se le proporcionan productos como dulces, pastelitos, papas fritas o chocolates como estímulo, previo o recompensa por alguna gracia del niño, es fácil olvidar que la salud va de la mano con la conservación de un peso acorde con la edad y la estatura, aunque también se debe tener en cuenta otro factor social y psicológico: la moda, que representa una fuerte influencia tanto en las relaciones sociales como en lo emocional, y que se ve reflejada en las preferencias y en los hábitos alimentarios.


En la actualidad, las niñas anhelan ser tan delgadas como sus muñecas y los niños tan fornidos como sus esculturales muñecos con los que juegan; pero, estos modelos aceptados por la sociedad, y promovidos en los medios masivos de comunicación mediante recursos mercadológicos, muchas veces devienen en padecimientos como la anorexia y la bulimia.Algunos malos hábitos alimenticios sólo se van modificando cuando se presenta alguna enfermedad relacionada con la alimentación, y entonces temporalmente se transforma mientras se recupera la salud, para volver otra vez a caer en dichos hábitos.Por desgracia, la información pertinente en torno a la nutrición tiene escasa o muy poca influencia en los buenos hábitos alimentarios, pues algunos individuos recurren a las dietas sólo cuando están enfermos o cuando la autoimagen afecta la personalidad o apariencia, como en el caso de la obesidad.





En cambio, no se llega a comprender que una dieta es un plan balanceado para la correcta alimentación del individuo, de acuerdo con sus propias características físicas, ambientales, culturales y familiares.Cierto es que cuando se divulga la información correcta acerca de una alimentación adecuada, debería dar como resultado hábitos alimentarios correctos y, por consiguiente, tendría que disminuir la frecuencia de algunas enfermedades. Sin embargo, para lograr una buena alimentación se deberá tomar en cuenta factores como edad, sexo, tipo de actividad física, disponibilidad de alimentos, nivel económico, usos y costumbres culturales del lugar donde se vive, así como el balance de los nutrimentos necesarios que deben conformar una dieta.




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